Ahora que la mitad de mis amigos está metiendo la pata y que la otra mitad ya la ha metido, tengo un favor a pedir: esperad unos meses para concebir a vuestros hijos. Quizás cueste, sí, pero sólo esperemos unos meses.
Resulta, como quizás algunos ya intuyen en estas fechas, que la mayor parte de los niños de nuestra cultura nace entre agosto y noviembre-- lo que quiere decir que fueron concebidos entre noviembre y enero. Son niños del amor de fin de año, de la época de vacaciones, del invierno, de la navidad, de la pascua.
Esta es, por consiguiente, la época de celebrar cumpleaños. Una estación dura para los bolsillos, a menos que, como yo, tenga usted, lector, la costumbre de dar por regalo los caramelos que suelen obsequiar las recepcionistas.
La gente que no cumple años entre agosto y noviembre está fregada. Primero porque, al no haber nacido entre estas épocas, (y cuidado aquí los que tienen imaginación intuitivamente gráfica), no han sido concebidos con amor de fin de año, de vacaciones, o de navidades. Lo que se llama un error. Además, si cumples año en los momentos que el año está en las vacaciones de verano, probablemente nadie ni se acuerde de ti en tu día ni, por supuesto, te regale nada.
Si naciste en enero, como yo, no sólo eres un error de cálculos, si no que estás mal con lo de los regalos. Porque nadie compra dos regalos para nadie tan seguido. Yo, sabiendo eso, decidí que mi novia y yo nos conoceríamos y casaríamos el mismo día de su cumpleaños, y que este día, además, sea o San Valentín o Navidad. Aún no encuentro a la chica en cuestión, pero ¡por algún lado hay que ponerse los estándares!
Foto de Zellaby
1 comentario:
jaja.. muy bueno tu post. Me puso a pensar e imaginar y creo que tienes razón con lo de casarse para esas fechas, te ahorras un regalo.
Yo nací en octubre, creo que me "regalaste" un poco de alegría al calcular que fui por amor aunque ahora a mis padres "se les fue" sobre todo a él que decidió salir de casa para siempre.
Saludos.
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