Entra primero una niña de unos seis años con un clarinete platinado que se acerca a la boca i entona la introducción de la Sinfonía Concertante K364; de repente, aparece su hermanito, quien luce aún menor, con un chelo que le queda gigante i tiene casi que arrastrarlo. El niño da los buenos días i se sienta i empieza a hacerle la segunda voz a su hermanita mayor. El contraste de la voz del niño con el sonido del chelo es tal que ver sus deditos correr el diapasón i hacer un sonido tan grave causa un sentimiento de mucha conmoción en el caza-talentos.
La madre entra en escena i empieza a declamar "el pastor apasionado, a su amada" con una voz suave i melodiosa. Ciertamente, el alegro maestroso que suena de fondo compagina lúcidamente al cariñoso poema.
El padre entra en escena con unos lienzos i unos acrílicos i comieneza a plasmar frente a los ojos del caza-talentos el aire que separa las figuras de su familia, haciendo una composición aterciopelada con unas pinceladas tan finas que recuerdan a las bailarinas azules del propio Degas. El padre tiene un trazo certero i termina su obra cuando la madre llega al último verso. La familia, con una sonrisa de satisfacción, da la venia.
El caza-talentos está impresionado, pero sus intereses comerciales no le dejan ver cómo sacar provecho económico a la actuación. Mientras pensaba en cómo decirle a esta familia tan culta i digna que su función no era adecuada para él, les pregunta "¿ i cómo se llama el acto?" A lo que la familia responde casi al unísono "los mendigos".
1 comentario:
Malo.
Mejor queda la versión llena de citas escatológicas, estípticas, adornadas con paisajes sadomasoquistas, necrofílicos, pederásticos, onanísticos y coprofágicos, como en este sitio:
http://batiduende.blogspot.com/2007/01/me-voy-porque-yo-quiero-que-me-vaya-la.html
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