Adjuntos

lunes, 5 de enero de 2009

Ahora escribiré telenovelas

Las vacaciones de año nuevo me han dejado solamente con la mitad de las neuronas que tenía, lo que me hace un candidato perfecto para volverme guionista de telenovela. No de las malas, como hace mi tocayo, si no de las de verdad, de las buenas, de las venezolanas. Por supuesto, voy a hacer 5 temporadas i terminaré con un matrimonio; i, como os quiero, adelanto qué transcurrirá en el último episodio. I, claro está, lo voy a hacer en verso, porque he perdido la mitad del cerebro, no la mitad del adefesio.

Ya es hora de la boda. Antonio Andrés Víctor Alberto está al altar junto a Viviana Juliana Mariana, su prometida, i ambos están dispuestos a darse el "sí". Pero cuando el cura pregunta si hay alguien que se opone a la unión, desde el fondo de la sala, desde el fondo de un alarido i desde el fondo de un armario, Samuel Roberto Israel dice:

Israel: Yo no puedo dejar que esto suceda, porque si sucede, quedaré deshecho.
Alberto: Dime qué sucede amigo mío por qué has hecho eso.
Israel: Es que yo no permitiré que se dé esta unión, de hecho, aquí, aunque hay dos, aman tres.
Alberto: ¡Te has estado con Mariana!
Israel: No, no es eso lo has comprendido al revés.
Alberto: ¡Mariana ha estado contigo!
Israel: No, tampoco es eso, el problema es conmigo.
Alberto: ¿I cuál es el problema?
Israel: Que yo no soy Israel, sino que soy Cecilia.
Alberto: ¡Cecilia mi amor de la juventud!
Israel: Créelo tú.
Alberto: Pero pensé que habías caído a altamar desde ese barco.
Israel: Caí ultrajada al océano en aquél verano; desperté amnésica i un poco trastornado.
Alberto: ¿Pero cómo eres ahora hombre?
Israel: Cosas de la amnesia, todo lo he olvidado. Pero eso no importa, sino lo que he recordado.
Alberto: Tienes que decírmelo.

Mariana: Sólo espera un rato. Primero tengo que intervenir, algo tengo que confesaros. Alberto, además de ser tu novia, soy tu hija.
Alberto: ¡Pero como ha de ser posible si yo aún no me he estrenado!
Mariana: Eso es un secreto que no lo sabe ni mi madre.
Alberto: ¿I si lo has sabido, por qué casarte has aceptado?
Mariana: Es que no sólo soy tu hija, también soy tu gato.
Alberto: ¡Esto es imposible!
Mariana: Te lo explico en un paso. El marqués de Carabás era un poco zoofálico. El marqués es mi abuelo, mi abuela era un gato.
Alberto: ¿Pero por qué quieres contraerte conmigo?
Mariana: Es por Cecilia, que en verdad es mi hermano. Tú la arrojaste por la borda, i yo me casaré contigo para vengarlo.
Alberto: No entiendo ni un poco, esto es lunático. ¿Si pretendes herirme, por qué casarnos?
Mariana: ¿Es que no sabes lo que se dice de este contrato? Dentro de poco serás emasculado.
Alberto: No entiendo ni un pite, esto es barbárico, ¿si eres su hermana, cómo es que eres gato?
Mariana: Mejor pregúntate cómo es que no lo has notado.
Alberto: Antes de revelarlo, quiero dejarlo claro, Israel es Cecilia, tú eres mi vástago, mi vástago es descendiente de marqueses virados, i no sólo es eso, sino también es un gato.
Mariana: Si todo está muy claro.
Alberto: Pues no lo sabía i no le he notado, quizás algo tiene que ver que yo solamente soy gato embotado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

jajajajaja ahora plantea eso en audiovisual.

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