"¿En serio?" le respondí yo, que fue lo único que se me ocurrió. La seguí mirando, asintiendo con la cabeza. "No me digas que está intentando coquetear conmigo con esa frase", pensaba yo. Pero, ¿qué más iba a ser? Había un "me haces un masaje" inminente, flotando por el aire esperando ser pronunciado. La ex-señorita me miraba no sé si sonriente o dolorida, i yo, que sólo pensaba en que lo siguiente que iba a decir ella era aquello del masaje, tenía que desviar el tema hacia otro lado.
"¿I de qué te duele?", pregunté tartosamente. Inmediatamente me arrepentí de aquella decisión, porque, si no os habíais dado cuenta, fue una pregunta muy estúpida. "No lo sé", dijo ella, "quizás es por el trabajo". Re-pitiado. Esto llegó a otra magnitud. A otra dimensión. La muchacha estaba bien, pero, ¿lo era? No me sonaba la cara. En fin, ahora todo hacía sentido, porque, si revisamos la evidencia, la individua abrió con "me duele la chepa".
Yo no sabía que decir en este punto. Yo sólo podía disfrutar la surrealista situación que sólo Madrid puede ofrecer. Ya estaba tranquilo, sabía que era el pasajero en la situación i lo único que me quedaba hacer era disfrutarla. I ocurrió, por supuesto. Pasó un segundo, ella seguía quejándose con gemidos, yo a mi trago, i me lo pidió. Yo le dije que sí, i ella se acomodó en la silla. Esto no tenía final. "¿Aquí?" pregunté cuando vi que no se movía. "Sí, hombre, claro, si desde aquí llegas perfecto a mi espalda".
Espera, ¿qué? Tampoco me voy a meter en detalles, pero, apenas volví a mi casa, abrí el RAE en la C:
chepa.
(Del arag. chepa, jorobado).
1. f. coloq. Corcova, joroba.
1 comentario:
Jajajajajajajajajajajajajajajajajaja
¡Viva Madrid! Puedo imaginarte clarito atorandote con el trago. :)
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