El mayor diario nacional (ahora es sólo un eslogan, pero en esa época era cierto) era de corte conservador y no perdía ocasión de incomodar al dictador. Una caricatura, de autor desconocido, titulada ,,La cena'' es publicada por el medio el 9 de junio de 1937. Hace alusión a una ídem que había celebrado el presidente días antes con los militares, donde estos, aparentemente, le mostraban su apoyo. Poco sospecharía Páez que esos mismos comensales lo derrocarían en cuatro escasos meses.
Introducción a la introducción
La caricatura que hizo cerrar a El Universo por 13 días en 1937 ha sido ya casi olvidada; recopilando información para este ensayo, es común verla rodeada de datos tergiversados por el certero paso del tiempo y por un marcado desinterés a una época política con poca sal. Los actores que la protagonizaron no son de los más célebres de la época, y, además, está enmarcada por dos personajes eclipsantes: un entrante Velasco Ibarra la precede con su primera presidencia y un opacador Arroyo del Río le sucede. Las matanzas del momento no tienen la mediaticidad de los episodios que Gallegos Lara describiría en 1946 pero que acontecieron en 1922 y son en los que más se fijan los estudios de la época. Con justa razón, por cierto.
Hay en este ensayo tres hipótesis nuevas sobre lo acontecido en el fin de la década de los treinta. Pero, a sabiendas de que este cachito de la historia ecuatoriana no está muy fresco en la memoria, primero habrá un pequeño recuento del cambio del paradigma social que se vivió en aquellos años, con particular atención a un hombre que la historia ha colocado en un altar, sin prever, quizás, la llegada de un cuestionador iconoclasta; pero, para llegar hasta ahí, un breve brochazo de la política ecuatoriana de la época.
Introducción
La distancia temporal ha dejado casi olvidada la primera instancia en la que el diario El Universo, uno de los periódicos con mayor tirada y antigüedad del país, fue forzosamente clausurado. Y este cierre fue suscitado por una ominosa y aparentemente inocua caricatura publicada en 1937.
Los tres directores de El Universo, setenta y cinco años después, y ante una nueva amenaza de cierre, dirían en un comunicado editorial, publicado en 2012, que la posible clausura a la que ahora se enfrentaban era el „ataque más grave que (había) sufrido (el Diario) en sus 90 años de historia''. Y si bien ambas amenazas han sido de peso, quizás la primera, y la gravedad que conllevó, al estar ahora más lejana en la memoria, pasa a servir sólo como punto de referencia y pierde el protagónico rol que desafortunadamente debería tener en los anales de los atentados a la libertad de prensa.
Para comprender la caricatura en cuestión, hay que refrescar un poco la memoria y remontarnos hasta 1934, cuando José María Velasco Ibarra, candidato del partido conservador, gana contundentemente las elecciones, con el 80,2% de los votos a favor de su partido. Para el año siguiente, 1935, para ahorrarse los problemas que la separación del poder acarrea, Velasco Ibarra se empieza a proclamar dictador y es casi inmediatamente derrocado. Aquí empezará una sucesión de tres dictadores que toma partida cuando el poder queda en manos de un ministro de Velasco Ibarra, el doctor Antonio Pons Campuzano, quien dirigiría al país por un mes, hasta el 26 de septiembre de 1935.
Y ahora entra en escena quien terminaría por cerrar El Universo temporalmente, el dictador de vocación, ingeniero de profesión, Federico Páez Chiriboga-- desde el mismo 26 de septiembre de 1936 hasta el 22 de octubre de 1937, que es cuando se ve derrocado por el general Alberto Enríquez Gallo, el que terminaría este periodo de dictaduras renunciando al poder en agosto de 1938, enrumbando al país a una nueva era de democracia.
Grosso modo, de Pons, el primer dictador, se sabe lo que se necesita saber, que es poco. El poder recae en sus manos y en un mes ya le están recomendando que lo deje ir. Los militares se reúnen y el poder recae en un civil: Páez. Páez fue un dictador torpe --los críticos de todas las esquinas del espectro político se empiezan a hacer oír; el país era en ese momento conservador y velasquista, como lo avala el 80% de los votos de los que ya se hizo referencia, pero una incipiente izquierda terminaría por colocar en el poder a Carlos Alberto Arroyo del Río. Así, Páez recibía fuego de la prensa, que era conservadora , y de la nueva clase política, que era de izquierdas, sin saber cómo aplacar a ningún bando.
Para el 28 de noviembre de 1936 --dos meses después de haber sido designado dictador-- Páez ya estaba con la metralleta en mano respondiendo fuego a un batallón insurrecto que representaba a los conservadores y que venía a derrocarlo. Comienza aquí la represión.
Páez comienza a tenerle miedo a todos los que estaban en su contra, que era casi todo el pueblo, y empieza a callar las voces de protesta: cerró universidades y periódicos; literatos fueron defenestrados y expatriados. Ciertos intelectuales, los que se lo podían permitir, huyeron del país rumbo Estados Unidos; los que no se lo podían permitir, terminaron en Perú o en las Galápagos. Y Páez no discriminaba: no hacía falta estar en su contra para constituír una amenaza, bastaba sólo con un líder de opinión pensante. Diezcanseco lo describe mejor: ,,Páez llegó a sentir un miedo morboso a la inteligencia''.
Cualquier acto de oposición era peligroso.
Cierre de El Universo
El hecho es que el enardecido dictador manda a apresar a los directores de El Universo e impone una multa de 100 000 sucres, que era, para aquel entonces, la mitad del valor calculado a la empresa, y que ahora, a 2013, debe ser el equivalente a $20 000 000, centavos más, centavos menos. Con todo, el Diario dejaría de circular por única vez en su historia la augurera cantidad de 13 días.
Y antes de pasar al siguiente tema, la primera de las tres hipótesis que este documento lanzará: quizás Páez no había leído bien su Biblia y no entendió la referencia del pie de la caricatura, que reza que alguien le va a besar, y encabritado por los tintes homosexuales de tal premonición, cerró a El Universo. ¿Quién me puede decir que no fue así?
Ahora, aquí es donde este ensayo debería dar un giro hacia los ideales mayores de libertad de prensa, quizás hablar del poder de una simple caricatura, quizás deba alzarla y defenderla como la más importante del comienzo del siglo pasado para Ecuador, quizás deba hacer una referencia astuta al actual gobierno y los paralelismos entre estas situaciones, pero un personaje que es generalmente muy bien recordado por los pocos que aún lo recuerdan, que ya ha sido nombrado, y que ha participado directamente en todos los hechos ya narrados pero ha sido hábilmente omitido para darle suspense a este ensayo ha de hacer, al fin, su aparición:
Alberto Enríquez Gallo
El general Alberto Enríquez estaba en todas. Ya se mencionó que tomó el poder de manos de Páez, pero Enríquez había estado ya presente en la política desde hace tiempo, y, en la línea temporal que a este escrito compete, era parte de quienes apoyaron a Velasco Ibarra en su presidencia y fue también parte de quienes apoyaron el hombro para derrocarlo. Es Enríquez Gallo quien, casi a dedo, ubica a Pons en el poder, y es, nuevamente, de los que un mes después convence a Pons que lo devuelva. Llegado el momento, en la Junta Militar que se reúne para recibir el poder que Pons dejaba, ahí estaba Enríquez, señalando que quien debía ser dictador era Federico Páez Chiriboga, quien, incidentalmente, resultaba ser su padrino de bautizo.
Páez ni si quiera estaba enterado de la maniobra:
,,Me encontraba acostado leyendo tranquilamente, cuando sonó el teléfono. Era el Dr. Aurelio Bayas, quien me comunicaba que había asistido a la sesión de la Junta Militar ante la cual renunció el Dr. Pons; y que la Junta, habiéndome elegido para que lo sustituyera, mandaba una comisión a mi casa a comunicármelo..."
Cuando los golpistas atacaron a Páez, ahí estuvo Enríquez, defendiéndolo; y cuando Páez trató de hacerse presidente por cuatro años, ahí estuvo Enríquez, derrocándolo.
Los historiadores de Ecuador, que son, a saber, dos, Efrén Avilés Pino y Rodolfo Pérez Pimentel, se desviven en elogios al dictador Enríquez. ,,(Su gobierno) estuvo guiado por un honrado deseo de mejoramiento nacional'', dice otra persona que, aparentemente, también es historiadora.
"No fue ambicioso de poder o dinero", dice Pérez Pimentel. "Inició con su gobierno un período de paz y progreso que fue muy beneficioso para el país", dice Avilés Pino. "Dio prueba de mayor capacidad civilista que el civil Federico Páez", dice Pareja Diezcanseco. "De su gobierno se ha dicho que fue de paz, libertad, progreso social y jurídico y que pasó con honor a la historia", dice, nuevamente, Pérez Pimentel, sin citar la fuente, pero, hombre, yo le creo.
Y las acciones hablan más que las palabras. Enríquez siempre estuvo del lado de los ideales de libertad y justicia, como sus acciones atestiguan, pues se opuso a la dictadura de Velasco Ibarra, se opuso a que su padrino Páez se aferrara más al poder (y aún así lo defendió de golpistas), y, finalmente, se opuso a él mismo, pues bien podría haberse quedado como dictador, mas convocó elecciones y se retiró de la vida política.
Un pan de Dios, el Enríquez. Y, por cierto, es el que está en la caricatura sosteniendo el discurso, como su uniforme revela. Teniendo ahora más clara la espalda de Enríquez, es hora de hacerle frente a la revelación y las especulaciones que la siguiente fuente trae: que pase don Ismael Pérez Pazmiño.
Don Ismael Pérez Pazmiño
Don Pérez Pazmiño era quien llevaba el poder del Universo (el diario, no la suma de toda la materia y espacio). Cuando la caricatura ofendió a Páez y arrestaron a los directivos del medio, quienes eran hijos de don Ismael Pérez Pazmiño, también había boleta de captura para él mismo, pero este no se encontraba en la ciudad; y, entre las sanciones impuestas al medio, también constaba que Pérez Pazmiño deje de dirigirlo, cosa que se hizo de juro, mas no de facto. "Era un hecho que sobreentendido que el verdadero director siguió siendo siempre Ismael Pérez Pazmiño-- y el gobierno cerró los ojos", escribió Carlos Villar Borda, editor de la autobiografía de don Ismael Pérez.
Entonces ya quedamos en que Pérez Pazmiño era el hombre clave de El Universo. Ahora, su autobiografía señala a Enríquez y no Páez como el responsable de el forzoso cierre: ,,Con todo, no faltó un tiranuelo de charreteras, solo, iletrado, indocumentado que un día se diera a la salvaje e inconsciente tarea de cerrar El Universo durante casi una quincena".
,,Otro jabalí de Erimanto --o acaso más bien de Cayambe-- a quien atrapó vivo y mató moralmente Pablo Hanníbal Vela en 1939 fue un tal comandante Enríquez, cuyos más notables milagros de politicoide y los tristes aspectos de su personalidad de sainete cómico-político dictatorial expusiera el gran polemista en un acabado y brillante ensayo titulado ,,Radiografía Moral del General Enríquez''.
Ademas, el editor de la biografía de Pérez Pazmiño agrega que "es de notar que Ismael Pérez Pazmiño y todo el mundo en general culpaba al general Enríquez más que a Páez del conflicto''.
Y he aquí el meollo de asunto. ¿Qué quería Enríquez, que era tan bueno y correcto, cerrando a El Universo? Pérez Pimentel en la biografía de quien era Gobernador del Guayas en ese momento, Alberto Ycaza Carbo, ofrece una explicación: ,,Enríquez estaba violento y sostenía que se había ofendido la dignidad del Ejército". ¿Pero tan ofendido estaba Enríquez? ¿O es que, quizás, tenía otros planes en mente?
Lo cierto es que El Universo dio con el martillo al clavo: Enríquez efectivamente iba a derrocar a su padrino Páez. Seguramente por miedo a que Páez atara cabos es que Enríquez reacciona con decisión implacable. Villar Borda, además, señala que el gobierno tenía un plan bastante gordo para El Universo: su edificio sería sede de un batallón del ejército y su imprenta se llevaría a Quito para ser usada por el oficialismo con fines propagandísticos, en la Escuela Militar.
Ejecutando la clausura a través del títetere Páez, Enríquez se lavaría las manos. Además, conseguiría que la opinión pública se vierta en contra de Páez, facilitando su salida. Es un gran plan, propio de la mente de un estratega militar. Y lo hubiera logrado, de no ser por esos chicos entrometidos y su perro llamado Scooby-Doo, y de que Sucre Pérez Castro y el que sería nombrado director del Diario como sanción para Pérez Pazmiño, un doctor de apellido Jijón, fueron a conversar sobre la clausura directamente con Páez a Quito. De ahí sale lo de la multa de los 100 000 sucres, monto que se depositó en una cuenta conjunta y del cual, por cierto, el gobierno nunca giró en contra.
Conclusiones
Entonces, ¿se ofendió Páez con la caricatura? ¿Se ofendió Enríquez? Es mi particular hipótesis que el cierre de El Universo no fue una cuestión personal entre los actores políticos, como generalmente se recuerda, si no que más bien eran los pinitos de una estrategia militar planificada por Enríquez. Para rencillas personales, Páez podría haber clausurado ya al medio cuando le empezaron a decir ,,El negado'' a su hermano, Enrique Páez, que era en esa época intendente de Guayaquil, agravio mucho más feo que insinuar que alguien le traicionaría. Por otro lado, está más en el carácter de Enríquez haberse enojado por la caricatura, pero el hecho de que ya tenía un plan bastante desarrollado para el futuro de El Universo da a entender que él sólo estaba buscando motivos para realizarlos. ,,La cena'' sólo transparentó sus intenciones.
Desgraciadamente, como ya se señaló al inicio de este documento, la relevancia de esta época, acompañada por una saludable dosis de desinterés por los personajes que actúan en ella hará que cualquier investigación más profunda en este tema no rinda frutos, o que nadie coma los frutos rendidos, y haga de una investigación seria un exceso de futilidad.
Yo tengo la maniobra bastante clara y creo que las ambiciones del general Enríquez al poder eran mayores a las que se hace hoy referencia. Se sabe que su nombre surgió para ocupar el cargo de presidente cuando este dejó el poder a una Asamblea convocada para llamar a elecciones, pero de que ciertos diputados se opusieron a la sugerencia porque Enríquez había sido dictador. Quizás el General esperaba que le regalasen el poder como premio a haber sido tan buena gente, casi como su padrino pensó en convertirse en presidente desde el curul de dictador. Ya esta última hipótesis es más descabellada, pero, si no pensaba en tener más tiempo el poder, ¿por qué hacer planes de un periódico militar en Quito? ¿Y por qué sacar del poder a Páez? Páez convocó a una Asamblea Constituyente con intenciones de hacerse presidente democrático. Enríquez hizo lo mismo, sólo que a él no lo nombraron presidente, y ahí ya era muy tarde para que Enríquez reaccione, pues ya no era él el dictador.
No le salió la jugada, pero enhorabuena, que ahora, por lo menos es recordado como un hombre muy correcto y nada ambicioso, excepto, quizás, por unos pocos que intentamos, muy posiblemente equivocados, de ver más allá de lo evidente y especular sobre la bondad de los buenos.
Jorge Luis Pérez Armijos
Notas:
1 „El Universo alerta que es víctima de ataque mayor“ 18 de febrero de 2012. El Deber (Bolivia)
2 ,,Diario El Universo dice que condena es el ataque más grave en sus 90 años de historia" Agencia EFE
3 "Elecciones presidenciales de Ecuador de 1934" Wikipedia.org
4 En su autobiografía, Páez indica que si hubiera tenido más tiempo para pensarlo, no hubiera aceptado el cargo, signo cualquier persona no preparada para gobernar. ,,En verdad, todo lo hice maquinalmente, pues de haber conservado mi serenidad no lo hubiera aceptado jamás. Demasiado conocía a mi país...”
5 Con el 53.2% de los votos, según ,,Elecciones presidenciales de Ecuador de 1940" de Wikipedia.org Es de destacar que en estas mismas elecciones Velasco Ibarra se lleva el 26.9%
6 ,,En el Palacio de Carondelet'' Carlos Muñoz Borrero
7 ,,Enríquez Gallo, gral. Alberto" Efrén Avilés Pino
8 ,,Ecuador: Historia de la República" Alfredo Pareja Diezcanseco
9 ,,Este medio también había publicado algunos extractos del libro Conciencia o barbarie, de José María Velasco Ibarra, que ,afectaban moralmente a Páez'. Además, por esos días, el periódico denunció beneficios personales del ministro de Hacienda, Alberto Whither Navarro.'' Misma fuente que 12.
10 Caricatura tomada de el ensayo „¿Se está riendo de mí?“ Xavier Bonilla „Bonil“ Universidad San Francisco de Quito
11 ,,Este Diario ya ha sufrido ataques por fiscalizar a los gobernantes" 4 de junio de 2011, El Universo
12 ,,El Universo, referente global en defensa de la libre expresión'' 16 de septiembre de 2012, El Universo
13 Como quizás tampoco lo hizo el anónimo autor de la caricatura, que deja como 12 los comensales retratados, cuando en la Última Cena los comensales deben haber sido mínimo 13.
14 También es bastante inverosímil que Páez haya estado leyendo, lo que resta credibilidad al resto de su autobiografía.
15 ,,Explico'' Federico Páez
16 ,,Años de Oprobio'' Gualberto Arcos
17 Esto quiere decir que no encontré la autobiografía de Enríquez.
18 Y Pérez Pimentel avala en su artículo de Alberto Ycaza Carbo, quien era gobernador del Guayas en esa época. Pérez Pimentel dice: "El 10 de julio de 1937 ,El Universo' publicó una caricatura titulada ,La Cena' y el Ministro de Defensa Nacional, Gral. Alberto Enríquez Gallo, sintiéndose aludido, ordenó la inmediata clausura del diario."
19 ,,La forzada clausura de El Universo'' Ismael Pérez Pazmiño
20 Un terrible jabalí de la mitología griega que vivía casualmente en la ciudad de Erimanto y era conocido por ser un bicho súper temible
21 Libro que sería la bomba para usar en este ensayo, pero que sólo se encuentra disponible en la Biblioteca Ecuatoriana Aurelio Espinsa Polit, en la ciudad de Quito, y yo estoy en la ciudad de Guayaquil, mas del cual se puede intuir no se desvive en halagos hacia Enríquez.
22 Misma fuente que 19
23 Misma fuente que 22
24 Es de destacar que Ycaza prefirió dimitir antes que clausurar al Diario
25 Misma fuente que 18
26 Es de recordar que la ubicación de El Universo en esa época era muy céntrica, y que su edificio bastante muy bonito
27 Misma fuente que 22
28 Uno de los hijos de dos Ismael Pérez Pazmiño que había sido arrestado por la caricatura
29 Pero, como ya se dijo, el nombramiento de Jijón no tenía peso ninguno en las actividades del Diario ni mermó a Pérez Pazmiño
30 Apodo, si no sagaz, por lo menos muy gracioso.
31 Misma fuente que 23
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