Está bien, a fin de cuentas. ¿Quién más apropiado para cometer un crimen que un convicto por asesinato? En él ya sabes que tienes a alguien eficaz y laborioso. Ni se necesita pedirle referencias. Y sí, los presos podían salir de la cárcel, pero volvían. Y como yo siempre le digo a mi mujer, "no importa si me voy a otras iglesias, tú siempre serás la catedral". Y así es como tiene que ser. Lo que importa es volver, y os tipos estos eran fieles-- ellos solitos volvían a canadá. ¿Qué, si no la confianza, vamos a tener como la base de nuestra sociedad? ¿O es que ahora no podemos fiarnos ni de los presos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario