El fragmento forma parte de una disección de las formas de diversión y espectáculo propios de España en la que se analizan artes como la caza, romerías, juegos escénicos y hasta juegos de mesa. Jovellanos resalta la necesidad de que el gobierno deje al pueblo tiempo para divertirse y se lo permita hacer con leyes más flexibles en lo que concierne el control de la algarabía pública.
Para justificar su querencia de más libertad para que el pueblo se pueda divertir, Jovellanos señala que mientras más goce el pueblo, más amará al gobierno en el que vive. Como menciona al llegar el tema del teatro, este es para Jovellanos el medio de diversión más digno de atención para el gobierno pues a través de éste se alcanzar más satisfacción en el plano sentimental del pueblo. Por este poder del teatro, Jovellanos argumenta que el gobierno debe canalizar las representaciones hacia un nivel de educación superior que aleje al público de idas erróneas, vicios inmorales, y las pasiones que le puedan corromper.
Mas Jovellanos creía que el teatro de su época no fomentaba ningún valor productivo para el hombre, por lo que pedía que se eleve el contenido intelectual de las obras y que se eleve también el precio de la entrada, de forma tal que la clase baja no pueda seguir asistiendo a las vulgares representaciones que ahí se hacían. La reforma que Jovellanos planificaba para mejorar el teatro incorporaba un sistema de concursos en los que se recompensaría económicamente a los escritores que sepan promover virtudes a través de su obra.
"¿Cuántos hombres graves, timoratos, instruidos y de fino y delicado gusto que hoy huyen de las truhanadas, groserías y absurdos de nuestra escena, correrán todos los días a buscar en ella una honesta recreación cuando estén seguros de no ver allí cosa que ofenda al pudor ni que choque al buen sentido?"
En la carestía Jovellanos también encontraba la oportunidad de mejorar la calidad de los teatros en sí, su música y sus actores. En el texto, se ayuda de ejemplos en los que cita a la inversión de los romanos y antes de estos, los griegos, en el teatro. "Y en el glorioso tiempo de Atenas, la representación de tres tragedias de Sófocles costó a la república más que la guerra del Peloponeso."
Jovellanos hace hincapié constantemente en los valores de la era Clásica; en el texto, la referencia a la idea aristotélica de mimesis para sustentar que las ideas pueden "abrazar el espíritu y todos los sentimientos que puede mover el corazón humano" va de acuerdo con el objetivo neoclasicista del autor-- pues la intención de fomentar la razón como fuente de la autoridad era su preocupación esencial, y remitirse a los grandes pensadores de la antigüedad no sólo avalaba su tesis, sino que estaba de acuerdo a su postura.
La estructura del fragmento enaltece la idea de Jovellanos sobre el potencial del teatro; desacreditando otros medios de diversión por sus limitaciones en el plano intelectual con argumentos huecos, pues el teatro no es por sí mismo más asequible, más general o más provechoso, y esta aseveración constituye una falacia, pues no se comprueba la veracidad de lo que se dice pero se concluye que son ciertas cuando dice "y por eso mismo el más digno...". Lo mismo ocurre con la siguiente oración, que asegura que los demás espectáculos hieren a la imaginación, mas sin explicar por qué o cómo.
Aparentemente contra las artes plásticas, Jovellanos figura que estos objetos únicamente sirven para ser agradables y que no pueden llegar a la profundidad intelectual del teatro. Para él, el teatro incluye todas las virtudes de las otras diversiones más la facilidad de poder conmover "todas las ideas que puede abrazar el espíritu y todos los sentimientos que puedan moverse en el corazón", asumiendo así que cada obra y representación exalta todos los sentidos siempre, otro tipo de falacia que busca extender las cualidades de aquello que se intenta promover a través de generalizaciones.
En el siguiente párrafo los paralogismos siguen presentes, con "deducciones" que intentan demostrar que situar al teatro como vía de instrucción y moralización convendrá al gobierno, y que censurar y odiar al teatro que no promulgue virtudes deberá ser censurado. Cada oración tiene alrededor de 40 palabras, posiblemente propio del estilo de su época, pero invariablemente común cuando se busca dar más detalles o enfocarse en una idea más profundamente, lo que se suma a la apariencia de veracidad que Jovellanos crea en su texto.
El autor tenía la intención de elevar el nivel del teatro de España con la esperanza de que eventualmente el público se vea más atraído por obras más complicadas y ricas en sustancia. A través de su Memoria, demuestra ser conocedor del origen la forma en la que se divierten los españoles, apego al pensamiento greco-romano y un estilo desinhibido cuando tiene que opinar o dar razones.
3 comentarios:
Muy bien argumentado, lo he entendido todo claramente! Gracias
esta es la tesis del ensayo o el ensayo ?
q bueno a estado interesante
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