Máximas jurídicas

Una máxima es una aseveración sobre acciones generales. Es como dar una conclusión evitando pasar por el engorroso paso del silogismo. I las máximas son divertidas. Tanto así, que hay un juez por ahí en Guayaquil que dictó un sentencia que a estas alturas está ya ejecutoriada pero, por cosas de esta vida que seguramente no están vinculadas al dinero, el juez se arrepintió de sentenciar su sentencia i la ha dejado sin efecto. Cosa que no es permitida por el código del procedimiento civil.

Para justificarse el juez fundamenta su nuevo fallo en un axioma jurídico, quedando como un tipo culto frente a todo el mundo, menos para los que saben algo de derecho, pues es como si yo, como juez, sentencie: "El que a hierro mata, a hierro termina. Usted, acusado de asesinato, prepárese para morir a fierrazo". Tiene su piquete. I como aquí lo que nos gusta es admirar a gente por su  olímpica sinvergüencería, voy a sugerir más fallos. 

- "Por tal motivo i administrando justicia, según la máxima 'ojo por ojo, diente por diente', ordeno que el demandante destruya su carro tal como usted destruyó el de él. Caso cerrado".

- "Basado en el preferible ' mejor pájaro en mano que ciento volando', no le otorgo el divorcio. No sea golosa, señora".

- "Partiendo desde el conocido 'mejor aquí corrió que aquí murió', dicto que si el acusado alcanza al demandante, le puede meter una golpiza".

- "El que no llora no mama, así que ¡hasta que no escuche llanto no doy sentencia!"

- "Procedía a dictarle sentencia de prisión por cuatro años, pero aplicando el concepto 'no hay quinto malo', ¡5 años para usted!

- "Bien es sabido que 'la tercera es la vencida'. Como esta es la primera vez que le mete una paliza a su mujer, ¡queda usted libre!"

- "Sentencio de la siguiente forma: niego la orden de restricción de 500 metros que se pide contra el señor, fundamentándome en que 'el que la sigue, la consigue', por lo tanto puede continuar acechándola todas las noches, días i demás tiempo hasta que logre su objetivo."

- "Basándome en el refrán 'tones para los maricones', sentencio que puede continuar golpeando a los homosexuales las veces que desee por tiempo indefinido."