La finalidad de la fotografía, como el de cualquier expresión artística, es ser apreciada. Al ser vista una fotografía se completa uno de los actos de comunicación más extraños -por falta de una mejor palabra-, que es el poder decirle algo a alguien por medio de una representación. El fotógrafo, sin ningún reconocimiento de estarlo haciendo, propone a quien mire su foto compartir una idea, una emoción, la admiración a un paisaje. Si el observador encuentra dentro de si algo que esté en común con la fotografía será atraído a esta, i así será exitoso el fotógrafo, porque habrá comunicado.
Una foto de una mano adulta de mujer i otra mano infantil será seguramente interpretada por una madre dedicada como un retrato de protección, maternidad, quizás hasta de cariño. Esta interpretación, por supuesto, no será igual si el observado no tiene en sí estos sentimientos. Tal vez el fotógrafo los quiso conferir al tomar la foto, tal vez no. La fotografía puede ser, entonces, compartida tanto por el fotógrafo como por el observador; bien que el primero la elabora, es realmente el último quien le da significado al trabajo del fotógrafo.
Pero que no se entienda por esto que la labor del fotógrafo es disminuida una vez que algún observador juzga la foto. Después de todo, la propuesta es únicamente del fotógrafo, el que ha decidido qué mostrar i el modo de mostrarlo. La fotografía abstracta, por ejemplo, es una clara prueba de esto, pues es por ella en donde la invitación a que el observador sea partícipe del hecho artístico está más en evidencia.
La fotografía abstracta es donde más claramente el observador debe no de tratar de comprender lo que el fotógrafo creó, sino buscar en si qué comparte él mismo con la composición fotográfica. Probablemente esto sea lo más importante en la interpretación, en general, de una fotografía-- la inmersión que se puede hacer hacia uno mismo para encontrar algún sentimiento que, a lo mejor compartido con el fotógrafo, nos pone en contacto con el artista- pero, más importantemente, con nosotros mismos.
5 comentarios:
¿Y si me robo tu ensayito para mi examen?
¿Y si me robo tu ensayito para mi examen?
¿I si te pateo?
No se porque me imagine a Man Ray leyendo esto, mandandole un mensaje por el misero celular a Chartier Bresson quien le pedia a Dora Maar un cafe.
Pero supongo que tu interpretacion es casi que la cadena de la semiosis infinita porque implica mirar a quien mira y esto al que miro primero todos a traves de ojos ,lentes y demas.
Conclusion, no se debe comentar como yo en examenes.
Saludos.
Hay que ver lo que otros no pueden ver, esa es, sin duda, la escencia del fotografo, del bueno claro. Pero bueno, supongo que no digo nada nuevo y por eso apesto.
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