Adjuntos

miércoles, 13 de septiembre de 2006

¿Cómo nos llamamos?

Últimamente he estado pensando en cómo los hombres i las mujeres nos llamamos telefónicamente entre nosotros después de habernos conocido en un bar ó discoteca. Cuando estoy en un bar ó en una discoteca i he estado conversando con alguna mujer que nunca antes había visto en mi vida, i si la conversación ha ido bien, generalmente ellas me quieren dar su número. Esto viene de una de las reglas de oro de una mujer: Nunca pedir el número de un hombre. Estoy bastante seguro de que esto es una regla para ellas porque toda la vida, a mi i a mis amigos, lo que nos piden es que guardemos el número de ellas; esto es una técnica muy inteligente, teóricamente, ya que si nosotros las llamamos a ellas inmediatamente confiramos nuestro interés. El problema es, sin embargo, que no estamos interesados en llamarlas-- en caso de estarlo, nosotros pediríamos los números de ella, ¿verdad?
José, el que colabora en esta bitácora con ciertos artículos, ya ni siquiera se molesta en guardar los números que una mujer le entrega en una disco; él simplemente pretende guardarlos- lo cual creo que es más eficiente que lo que hacía antes, que consistía en guardarlas bajo alguna letra del abecedario. Yo, personalmente, aún guardo los números. Claro, los borro al día siguiente, pero los guardo. Los guardo con el primer nombre de aquella que me lo esté dando i el lugar en el que nos hayamos conocido i fin. Nunca llamo.
¿Por qué nunca llamo? Porque si hubiese querido llamar, yo le hubiese pedido el número a ella. Claro, esto no es una regla. De hecho, la gran excepción a este natural proceso, debo de confesar, fue mi ex-novia (con la cual, incidentalmente, duré más que con todas mis otras relaciones previas sumadas). La razón por la que hago esto es para que me digan nuevamente como mismo se llamaban. Una de las primeras cosas que pregunto después que haber roto el hielo con alguna mujer es, obviamente, el nombre de ella. Mi problema es que lo lo suelo olvidar más rápido de lo que el Coyote se toma para que algo le salga mal. No hay nada que pueda hacer al respecto, realmente- últimamente he optado por repetir el nombre de la man lo más posible mientas le hago conversa (algo así como "I bueno, María, ¿qué haces por el mundo, María?"-- pero esto parece tampoco funcionar.
No sé si para las mujeres es igual. Supongo que lo es. Supongo que las mujeres tienden a inventarse algún número cuando algún hombre, cuasi-aleatoriamente, se los ha pedido en la barra de las discotecas- cosa que me parece, realmente, la más correcta. Mi pregunta es, entonces, ¿cómo nos llamamos telefónicamente? Supongo que no lo hacemos, la verdad; supongo que nadie llama a la man que le regaló el número.
I ya que estoy en el tema, debo de admitir que las mujeres su han vuelto unas mañosas cuando quieren que uno anote su número. Me imagino que ya se han de haber dado cuenta de lo que hacemos nosotros. La última vez lo que me pasó fue que, después de bailar un rato, la chica me dice "i como tienes mi número me vas a llamar para salir mañana, ¿verdad?"- a lo que contesté "No tengo tu número". Después de haber dicho esas palabras me dí cuenta: claro que no lo tengo- me lo está dando. Siempre caigo, la verdad. Otras optan por confirmar que hayas guardado el número i pocas te ofrecen guardártelo ellas mismas-- lo que es peor para nosotros, porque no sabemos en dónde mismo se irán a guardar.
Cuando salimos a una disco es a bailar i cuando salimos a un bar es a tomar. Si en el proceso puedo empezar una conversación agradable con alguna mujer, bacán. Si nos vamos juntos, bacán; pero la realidad es que nadie quiere acordarse de eso al día siguiente.