Ella es mi sustancia ilìcita predilecta. Estar con ella, ataque directo a los nervios. I más. Después de que se ha ido, adrenalina. Pura. ¿Qué mejor droga que ella? Se dice que la mayor parte del efecto de las drogas está en el psique. Me refiero a que las drogas hacen tanto efecto como uno desea que lo hagan. El cerebro humano, capaz de todo, nos abruma la realidad ó aclarece una fantasìa hasta hacerla tan palpable que engaña más que a los ojos: al corazón.
¿Así de lejos la dejo ir? No es ella mi último beso. Aun así, es con ella con quien me siento así. Sólo con ella. Jamás con nadie màs. ¿Se puede creer en que solamente una persona puede timar así el corazón de alguien? Por supuesto. He reflexionado dedicadamente sobre el tema: quizás hay solamente una la persona destinada a dejarnos sin aliento.
Lo he conversado con mis doctores. Les he dicho que estoy en busca de otra persona que me complete tan bien como lo hacia ella, pero sé que es un vacìo que no llenará cualquiera. Me han dicho que es cuestión de aceptar cómo otra persona compensan con cualidades diferentes a las que abandono; cómo aprender a apreciarlas.
Entonces me pregunto, ¿Podré? I, lo más importante, ¿Quiero poder?
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