Adjuntos

viernes, 17 de febrero de 2006

Así se Aprende la Lección

José va a comer ceviche. Pensando que el ají preparado en aquel lugar en el que comía era igual de picante que su ají casero, se sirve dos cucharadas. Dos de las buenas. Por supuesto, se quema la garganta. Le hacen falta tres colas para calmar el ardor. I, a pesar de tener el dinero para comprarse otro ceviche, decide no hacerlo; decide comérselo a la fuerza, demorándose una hora i terminándolo ahogado. Así se aprende la lección, ¿no? Les puedo confirmar que José no le pondrá jamás ají inidiscriminadamente a su ceviche... Piénsenlo, si lo hubiese cambiado, no hubiese aprendido la lección...

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