Mariella en pretérito perfecto simple aprendió de su papá a comer sánduches de mantequilla con mermelada de frutimora, nunca supo como doblar la lengua en dos, dijo varias veces mentiras y pasó toda la primaria enamorada de un niño rubio que amaba hacer cohetes de botellas de coca-cla.
Mariella en pretérito imperfecto odiaba escribir en cursiva, lloraba con las canciones de Roberto Carlos, fumaba a escondidas con sus amigas, y se creía una niña buena.
Mariella en pretérito pluscuamperfecto ha desmentido a las protagonistas de las novelita de Harlequín que leía de niña. Ha evitado los baches en la acera saltando de un pie a otro, ha dejado de creer en los fantasmas, y ha cambiado la cerveza por el vino como su trago favorito.
Mariella en presente crece en muchas y variadas direcciones. Le teme al monstruo que vive en el armario, literal y poéticamente. Ama a sus amigos, llama Ana Banana a su sobrina y lee a Andrés Caicedo.
Mariella en futuro, será más sensata y menos pendenciera. Escuchará consejos. Reirá y escribirá más. Intentará preparar sufflé, se volverá a enamorar y eventualmente empacará sus maletas y se irá. Porque quiere y porque finalmente se siente lista para hacerlo.
Por Mariella Toranzos.
Foto por Zen
1 comentario:
Coqueto y desenfadado... Lectura corta y refrescante.
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