Adjuntos

sábado, 11 de diciembre de 2010

El Dr. Alacrán

Una vez, hace mucho tiempo, tanto que no recuerdo exactamente cuándo, durante un frío diciembre en mi alma, me picó un alacrán en la playa. Los muy desgraciados tienen, aparentemente, el hábito de dormir en lugares oscuros, cálidos y olorosos, y siendo mis zapatos idóneos frente a las mencionadas condiciones, uno se escabulló en ellos un día. Y yo me lo puse, considerando mi derecho divino no revisar mis zapatos antes de calzármelos. El alacrán, sin embargo, tenía una idea distinta sobre qué eran mis derechos divinos y me picó.

Y se salió con la suya, el muy desgraciado, porque ni quiera lo aplasté-- y claro, quién va a perseguir a un alacrán con el pie mocho. Sobre el dolor, el esparcimiento de la piel, el color, la hinchazón, la agonía, la fiebre que la acompaña, el sudoroso desconcierto propia de los enloquecidos y los ebrios, las palpitaciones que harían posible sacar la medida del ritmo cardíaco solamente usando los poderes de la observación, sólo puedo destacar una cosa, y una cosa nada más: ¡duelen estos desgraciados!

Y nada, me llevaron al centro de atención médica más cercano de Montañita, el de Manglaralto, si mal no recuerdo, un centro oscuro, húmedo y arenoso, como el resto de sitios asentados en la costa, y me atendieron con celeridad. "¿Qué Alacrán ha sido?" me preguntó el médico. "No sé, no le cogí la matrícula" fue lo que le dije, pero una puteada en mi cabeza continúo, haciéndose con lo mejor de expresión facial. Aparentemente, en temas de venenos, lo idóneo es capturar al bicho que te haya infligido la herida.

Pero claro, ¿qué vas a hacer en ese momento? Ni MacGyver llevaba consigo una red. Indiana Jones llevaba un látigo, pero ¿se podría hacerle un nudo al pescuezo al man y llevarlo cual perrito de paseo? "No, Pinzitas, no vamos al veterinario, vamos al parque, no te pongas nervioso". ¡Qué pregunta la del médico! ¿Cómo que si tengo el alacrán en cuestión? ¿Qué, lo voy a producir de mi bolsillo, quizás? ¿Desde aún dentro del zapato? ¡Ay, doctores del mundo! Y, ¿cuántos tipos de alacranes pueden haber en nuestras costas? El que salió en "Escorpión Rojo" ciertamente no era. Bueno, que sirva el dato para los demás: Si un león te muerde en tu paseo matutino al rededor de la savana, no te olvides de llevártelo al médico...

Foto de Articulate Matter

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