El uso de sustancias ilícitas por parte de abusadores sexuales para reducir la voluntad de sus presas y acometer contra ellas agresiones sexuales es cada vez más común según dice un reporte de las Naciones Unidas que remite la BBC.
¿Otro fenómeno más del clima de inmediatez que prima en el siglo XXI? Porque hoy por hoy lo que reina en nuestras vidas es el ahora. Lo que queremos, lo tenemos. Y velozmente. Aparentemente eso de conocer poco a poco a otra persona y enamorarse está un poco demodé-- a diferencia de los galicismos, que están en augé. ¿Tan mal va la cosa que hay que recurrir a esta parafernalia para conseguir algo? Mi vecina opina que ellas lo tienen bien merecido por hacerse las difíciles, mas mi vecina también cree que vive en Casablanca y que tiene que esconder ciertos documentos del capitán Renault.
¿Qué pasó con el viejo y socialmente aceptado método de usar el lubricante social por excelencia para bajar la guardia del prójimo? ¿Tan caras están las cervezas? A todo esto, si no fuera por el vino, ¿hubiera Jesús conseguido que sus discípulos se coman ese cuento de la transubstanciación? Probablemente sí, pero le hubiera costado un poco más. Emborracharse es la forma aprobada por la Biblia para hacer más fáciles las interacciones interpersonales, y la gente debería tener más respeto por las tradiciones. Claro, también está el tema de respetar la integridad de los otros y no drogarlos, pero ¿quién dice que ellos no están realmente de acuerdo con lo que está sucediendo?
Noticia de la BBC por Andy Tighe
Foto de Xavier68
No hay comentarios:
Publicar un comentario