En lo que es desde 1989 una tradición estadounidense, el presidente Obama ha perdonado hoy, Día de acción de gracias, a "Coraje, el pavo cobarde" de lo que el definió como un "destino terrible y deliciso". La tradición se remonta al presidente Truman, quien (aunque no existan documentos que lo demuestren) perdonó a un pavo-- tomando en consideración que el pavo no vivía en Hiroshima o Nagasaki y que no había un Enola Gay desde el cual lanzarle una boma atómica.
Irónicamente, Kennedy libró a otro pavo de su muerte días antes de que él mismo sea asesinado, lo que debería eliminar esa tonta teoría de conspiración que reza que a Kennedy le disparó un pavo desde la ventena del sexto piso de un depósito de libros escolares.
En fin, "Coraje" está de camino a participar en la marcha que organiza Disney por éste día, como aparentemente ha sido tradición desde 2005. Lo único que sé es que me parece discriminatorio contra el pavo perdonado que no reciba el mismo honor de adornar nuestras mesas los festivos, como cualquier pavo corriente. ¿Qué hace a este pavo tan especial?
No tengo claro si esa tradición del Día de acción de gracias es celebrada fuera de Canadá y Estados Unidos, pero sé que en muchos lugares se come pavo para navidad o año nuevo. En mi casa, regidos por el refrán "mejor que sobre a que falte", comprábamos tanto pavo que sólo para San Valentín lo acabábamos.
Por eso odio a los pavos-- por eso y por esa chulería con la que caminan. Si yo fuera the president no perdonaría al pavo-- le arrancaría la cabeza a lo Ozzy y se la enviaría a la cama de alguno de mis enemigos. No sé si esto tendrá el mismo efecto contundente que genera hacerlo con la cabeza de un caballo, pero no creo que le cause gracia a nadie. Ahora sólo tengo que decidir a qué enemigo amenazaré con éste gesto... Probablemente sea al tipo que inventó el Farmville.
Noticia de la BBC
Foto por Rich Anderson vía Flickr
1 comentario:
Jajaja, buen artículo. Por lo menos en Chile y en Ecuador sí se come pavos. Lo que pasa es que la moda ahora es premiar sin mérito, lo aprendió Obama y lo hace con el pavo.
Un saludo.
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