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domingo, 20 de junio de 2010

Por la ley seca

En honor a la ley seca, hablemos del verdadero idioma internacional: el trago.

Hoy no habrá misa, pues no se puede oficiarla sin un poco de vino, y los curas no quieren exponerse a que los arresten. Imagínate a un cura en la cárcel. Dicen los que saben, sin embargo, que sí pueden los sacerdotes beber el vino de sus parroquias porque está consagrado. Quiero recodarles, compañero apóficos, que Ecuador también fue consagrado en la época de Gabriel García Moreno allá por 1874, lo que debe querer decir que todo nuestro trago está consagrado y que podremos nosotros beber el domingo a pesar de la ley seca.

Y ya que estamos con esto de la historia quiero comentarles otra curiosidad histórica de la época de cuando Abdalá era superintendente. Pero es un dato en corto-- no para ir regándolo por ahí. Pilas: Cuando Bucaram prohibió el trago "mágicamente" se empezó a disparar el consumo del consomé. El consomé heladito. Bien heladito, aprovechando que las tazas no suelen ser transparentes. El café en taza grande también se comercializó bastante, a todo esto.

Es hora de revisar, además, las buenas virtudes del alcohol. Es lo mejor que hay para el corazón. Los doctores recomiendan que uno haga ejercicio para mantenerse bien, como los deportistas. Pero lo que pasa es que esos manes, los deportistas, son también los que más beben. ¿Quién me asegura a mí que están sanos por el deporte y no por el trago? Por eso creo que deberían empezar a vender trago en el hospital. En terapia intensiva. ¡El lugar ya está lleno de camas, así que nada malo podría pasar!


Foto por James Michael Hill

2 comentarios:

Jorge Luis Pérez Armijos dijo...

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laura lemos dijo...

lo maximo

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