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lunes, 29 de noviembre de 2010

¿Sabes qué me cabrea? La nieve

¿Qué pasa con la nieve? Hoy está nevando en Madrid y para mí es raro verla, y cada vez que la veo no puedo evitar decepcionarme. Esto es, supongo, porque cuando veía nevar en las caricaturas que ponían en la época navideña, aún en Ecuador, la nieve parecía distinta. Claro, era distinta porque era nieve de caricatura, pero yo crecí con la expectativa de que la nieve caiga en copos gigantes y redondos, y que cada vez que nevaba uno, por alguna mágica razón, podría salir a jugar en ella sin morirse de frío.

Lastimosamente, la realidad es otra. La nieve cae como cae la caspa y lo único que se puede jugar con ella es a ponerle las malditas cadenas al coche. No suenan las campanas navideñas de fondo y esa figura patinar en los lagos es más bien para países con inviernos de verdad. ¿Y por qué está nevando en Madrid, a todo esto? ¿Qué pasó con lo del calentamiento global? ¿No era, a fin de cuentas, una campaña publicitaria para el filme de Al Gore? Porque yo no he vuelto a escuchar sobre el tema.

Supongo que lo que me molesta más que nada, más que las grandes decepciones producto de las grandes expectativas sobre la nieve, es que la man no cae con contundencia. Por lo menos no en Mad., y no hay nada peor que las cosas hechas a medias. Si Hitler se hubiera cargado a sólo la mitad de los judíos, ¿sería tan recordado como lo es hoy? No lo creo, pues él, Gracias Dios, le aplicó todos los recursos que tenía al tema. Y así, fiel al ejemplo de Hitler, la nieve debería de caer con propósito, con fuerza, ¡con un poquito de emoción!

Foto de Andrew

viernes, 26 de noviembre de 2010

Tengo que hacer / Quiero hacer

Este Perjovschi describe exactamente lo que siento. No sé de quién es la foto, pero es de la serie "Projects 85" en el MOMA.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Historias de nadie - programa 4

Sobre los desórdenes alimenticios. ¡Ya las caretas sonaron desde la cabina! Pero claro, Micky consiguió liarla varias veces... Pero no pasa nada. En este programa hablamos de los tres grandes trastornos alimenticios: La anorexia, la bulimia y la obesidad. Incluye frases graciosas como "¿la solución? que los anoréxicos se coman a los obesos" y, mi favorita "¿Zetas y hongos no es lo mismo? -No. -¿Y cuál es la diferencia? -Pues ahora mismo no te lo sabría explicar."
Eso sí, las gracias están por el final, porque me prohibieron hacer gracia de los trastornos.



Recuerda, además, que puedes-- no, DEBES, suscribirte al podcast.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Sabes qué me cabrea? La gente a la que no le gustó la última de Indiana Jones

¿Sabes qué me cabrea? La gente a la que no le gustó la última de Indiana Jones porque, según reclaman, "es muy inverosímil, ¡O sea! ¡Nada que ver eso de los extraterrestres!" Eh… ¿Buenos días? En la primera el man encuentra el Arca de la Alianza, que, incidentalmente, es un arma que sirve básicamente para matar Nazis. En la segunda, el panita encuentra tres piedras que, cuando las juntas, devuelves la prosperidad de una aldea en el medio de India. La tercera va de encontrar el Santo Caliz, el cual está dentro de un templo cuya piedra angular es, aparentemente, el mismo Caliz, y está, además, custodiado por un panita que lleva vivo desde el siglo IX.

¿Qué tiene, entonces, de malo que en la cuarta Indiana Jones se encare contra el mal a una dimensión galáctica? Porque, claro, ya se le acabaron los elementos religiosos para destruir, al pobre. Y, además, cada historia tiene que ir para arriba. Después de erradicar al nazismo a punta de símbolos religiosos, no puedes, por ejemplo, hacer una que vaya de encontrar las llaves del carro. O sí. Yo ya me la estoy imaginando: Indiana Jones y el pen drive que se me perdió hace un rato.

¿Y esa gente que se molestó por el craso error de que Jones aprendió quechua con los hombres de Pancho VIlla? ¿Saben qué les digo? Que agradezcan que Perú salió en la película. Cuando quiera yo una lección de historia, veré un documental. SI alguien quiere sacar información histórica en Indiana Jones, está medio mal en sus métodos, a todo esto.

Así que nada, si no te gustó la última de Indy porque fue muy "falsa", recuerda los precedentes. Si no te gustó por Shia Labeouf, estamos de acuerdo.

Foto de Andrew Becraft

viernes, 19 de noviembre de 2010

¡Me robaron con el libro!

Hace poco terminé de leer el libro que estaba leyendo, "Cómo convertirse en una persona interesante a través de la tenencia de un blog", y estuve buscando qué leer. Revisando, no sé por qué me dio a volver a ojear Moby Dick. Lo recordaba como un libro corto, flaco, y sencillo. Eso hasta que lo volví a ver… tiene casi 2000 páginas distribuidas en más de 150 capítulos. ¿Por qué, entonces, lo recordaba como un librillo, cuando es, en realidad, un libro que arrojado como objeto contundente podría decapitar a Godzilla?

Porque, claro, la versión que leí yo era la de niños. La pequeña, la light. Se me vino abajo la vida, como si el peso del Leviatán mismo me aplastase con el vacío de mi conocimiento. ¿Cuántos libros leí de esa misma mala manera? No lo sé, espero que pocos. Pero, ¿por qué hacen eso de reducir los libros? ¿Y quién lo hace? ¿Quién tiene el poder de decisión de decidir qué cosa de Melville vale y cuál no? Si el libro no era, a priori, para niños, ¡no se lo des a leer!

Hasta ahora, lo único que tiene en común el Mocha Dick que leí yo con el Moby Dick de verdad ha sido el primer párrafo. Y ya. ¡Vaya estafa! Intuyo que ese Cid Campeador no tenía, en realidad, 10 páginas. ¿Y el Quijote? ¿Qué Quijote no leí?

Y cuando acortas el libro, ¿a quién le atribuyes la autoría? Porque ya no es el autor el que lo ha escrito… ¿Quién haría algo así?

Espero que el resto de libros que he leído --los otros dos-- no hayan sido versiones resúmenes. Porque donde me entero que me leí el Quién se llevó mi queso equivocado, me voy. Me llevo mi balón de fútbol y me voy.

(Este artículo es la versión más corta y simplificada de un ensayo poderoso y contundente)

Foto de Harry Scheihing

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Historias de nadie

Leer es bueno, sí, pero es, indudablemente, un poco cansino. ¿Si mejor te lo cuentan? Para eso es que Dios inventó la radio, para que todos los jueves Marta Bermudez conduzca "Historias de nadie", con Lucía Dapena y Jorge Luis Pérez.

¿Qué es historias de nadie? Es un programa que se dedica a analizar cada semana un tema. Básicamente, Martita y Lucía, mas un equipo de investigación, se dedican a sacar datos y entrevistas toda la semana y luego, el día de emisión, aparezco yo.

Lo que ahora usted, futuro oyente, tiene que hacer, es suscribirse al programa. Así, siempre tendrá la emisión más reciente del programa, en todo momento, y se podrá olvidar de volverlo a buscar. Lo que los pros hacen, a todo esto, es descargárselo a su móvil y escucharlo camino al trabajo.

Para suscribirse, hay que ir a ivoox. Una vez ahí, hacer click en "suscríbeme a este podcast" y elegir la opción que más conveniente. Obviamente, además puedes simplemente descargar el archivo y hacer de él lo que queráis.

domingo, 14 de noviembre de 2010

La dieta sigue yendo bien

O eso creo. Sólo me he desmayado dos veces, y gracias a Dios, las dos veces estaba en el coche, que es, a decir verdad, un lugar muy cómodo para desmayarse. Sobretodo con eso de que puedes bajar la ventanilla y ya tienes aire fresco.

No sé cuánto he perdido, si es que he perdido, pero ¿de cuándo acá una dieta es sobre perder peso? Si quiero llegar a lo que pesaba en mis buenas épocas, cuando tenía 18 y todo el mundo por delante y no por debajo de la tripa, debería perder 28 kilos. A estas alturas, la única forma coherente de hacer eso sería cortándome una pierna, así que, como los mendigos de las gasolineras y los depravados sexuales, con cualquier cosa me conformo.

Sobre la dieta, todo va bien. Me estoy convirtiendo en el ingeniero de las ensaladas. Estoy trabajando en una teoría sobre su creación: si la ensalada se ve navideña, vas por buen camino. El alcohol es lo que me está ayudando a sobrellevar mi dieta. Porque el vino es una fruta, ¿si sabían? Es una furta fermentada. Es casi casi como dejar las uvas en la nevera un mes. Y ya. ¿Qué? ¿Qué no puedo tomar alcohol en una dieta? Bueno, lo haré. Pero sólo porque me lo habéis pedido bien.


Foto de John Steven Fernandez

jueves, 11 de noviembre de 2010

Hacer dieta es divertido, a menos que seas una fruta

Mi dieta de frutas va bien. Para los que no han leído el artículo anterior, básicamente, y sólo después de golpear a un niño en la boca, caí en cuenta de que no me vendría nada mal hacer una dieta y, durante los 30 días siguientes, sólo pienso comer frutas y verduras-- básicamente porque las otras dietas parecen muy complicadas para alguien tan corto de entendimiento como soy yo.

Supongo que debería pesarme y medirme  para que esto sea relevante. Pues bien, buscaré con qué hacerlo.

No tengo cinta métrica de costurero, sólo tengo de la metálica.

Me he medido con un cable y luego lo medí en la cinta metálica. Así es, soy un genio.

Peso 100 kilos.

Así que eso, a hacer dieta. Si alguien más se quiere adjuntar, no lo haga. Consulte con su nutricionista local. Yo no estoy certificado en nada, pero creo que una persona saludable, como yo, puede subsistir sólo de frutas y verduras. Igual es sólo por un mes.

Si alguien sabe de alguna ensalada o algo que se pueda hacer mezclando frutas y verduras, hágamelo saber.  Porque, si bien me considero un Gran Chef, las frutas y las verduras no son mi fuerte. Sé de ellas, las frutas y las verduras, que las hay en cantidades absurdas con nombres rarísimos y que las mujeres las usan para describir colores. Más allá de eso, naranja china.

De hecho, tengo una amiga nutricionista. La última vez que la vi, irónicamente en un bar, le pedí que me  hiciera una dieta. ¿Saben qué me respondió la muy impertinente? Que dejara de beber tanto. ¡Qué se cree! Una cosa es la comida, que es para el cuerpo, pero ¡el alcohol! ¡Ese es alimento del alma! Además, es más útil el alcohol que la comida. Ponle, si no, una Big Mac a tu coche un día de estos y dime qué tal te sale la cosa.

Foto de andi.vs zf

Historias de nadie - programa 3

Sobre las marcas. ¿Qué es mejor? ¿Las marcas-marcas? ¿Las marcas blancas? Este programa ya incluye las caretas que dividen cada sección, por lo que queda como que más organizado todo. De nuevo, un análisis muy serio de la sociedad de consumo por Martita Bermudez. Incluye frases como "Para la radio, lo más importante es la presencia".

martes, 9 de noviembre de 2010

Voy a hacer dieta

El otro día, en el metro, se me acerca un niño de máximo tres años de edad, y mirándome hacia arriba y poniendo su manito en mi panza, me pregunta: ¿Nene ó nena? Por una parte, no pude evitar conmoverme-- por otra parte, no pude evitar ofenderme. No sé si fue por la primera o por la segunda, pero tuve que golpear al niño en la boca. ¿Sabes lo bueno de pegarle a un niño? Que los dientes igual se le iban a caer de todos modos. Tu estás, básicamente, haciéndoles un favor y no hay ningún daño permanente. Si los niños son de hule.

Así que entendí la indirecta y he decidido hacer dieta. Ahora la pregunta, ¿qué dieta hacer? Está la de no comer carne, está la de no comer carbohidratos (sea lo que eso sea), la del caballo, la del lagarto, la de Pony Malta, en fin… es una locura decidirse por una-- y luego todas son complicadas: Menú por la mañana, menú por la tarde, una ración de esto dos minutos antes que la campana de la iglesia toque su última campanada, qué se yo.

Paso maratónicamente de hacer cálculos de calorías y porciones. Es por esto que me he inventado una dieta, y al decir "inventado" quiero decir que no he revisado Google para ver si ya existía. Bueno, no alargo el cuento, desde mañana voy a comer únicamente frutas y verduras-- mi moza me dice que eso ya existe y que se llama "vegetarianismo", pero eso es más un estilo de vida, mientras lo mío es más un castigo por mí estilo de vida. Además, ¿qué sabe mi moza? Si tan lista es, ¿por qué no es la oficial?


Foto de Nina Matthews

domingo, 7 de noviembre de 2010

Tabla de posibilidades para el campeonato de la Fórmula 1

Para la gente que no lo tiene claro, esta ayuda muestra cuántos puntos sumaría cada piloto según la posición en la que quede. De nada.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Ositos "hug me"

"Exit, pursued by a bear"
- Sheakespeare.

Cuidado, ciudadanía. Hay conocimiento de uno o varios ositos que, presuntamente, andan con un letrerito en el dice "hug me". No se sabe si son extranjeros o no, ni si actúan solos o en conjunto, mas se presume que el oso u su colectivo se hace llamar "Teddy". La naturaleza e intención de los abrazos que piden, aunque quizás puedan ser sanas, tienden a estar dirigidos a menores de edad. Nótese que el mensaje es el imperativo "hug me" y no se sabe de otros carteles en los que diga luego "muchas gracias" o "vuelva usted más tarde".

Este medio no cree en las diferencias discriminatorias, pero no es imposible especular que el oso o el grupo de osos en cuestión sea homosexual. De hecho, "oso" es, en la comunidad gay, una persona con mucho vello corporal, lo que probablemente potenció la expresión "abrazo de oso" a su actual popularidad, haciendo referencia a la índole peluda de estos. Esta banda de hirsutofílicos parece estar liderada por un tal "Papa Oso", el mismo "oso" al que se le busca por organizar aquel famoso secuestro a Ricitos de Oro. Se aconseja precaución.

Foto de Dave Campbell

jueves, 4 de noviembre de 2010

Historias de nadie - programa 2

Sobre la crisis. Con Martita Bermudez y Lucía Dapena. Yo, por mi parte, aporto por qué la Universidad ayuda al descenso económico mundial-- y frases como "yo prefiero ver a la gente sufriendo". Uno de los mejores programas que hemos hecho.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Me he desgarrado un músculo

No hay mayor señal de hombría y atletismo que un músculo desgarrado. Incidentalmente, ayer me desgarré un músculo-- el de la mandíbula, concretamente. Si bien es cierto que me lo desgarré bostezando, un desgarre es un desgarre. ¿Es eso una señal? ¿Que la actividad más extrema del cuerpo, la que lleva a la lesión, sea bostezar?

Sea como sea, lo cierto es que el músculo aquel, el de abajo de la boca, se me ha inflamado-- cosa que me vino de maravilla para la noche del 31, porque una papada prominente facilita mucho la complicada decisión de de qué me disfrazo: Alfred Hitchcock. Además, si lo pienso, vengo trabajando en ser Hitchcock desde hace como tres años, con eso del peso y la calvicie.

Me gustaría ya que la inflamación desaparezca. Seamos honestos, si ya estando en plena salud no era exactamente George Clooney, no es que pueda, ahora, sobrellevar dignamente verme un poco más feo, porque cuando uno está sobre el abismo, unos centímetros es todo lo que hace falta para caer dentro. Cuando Clooney se levanta resacoso, despeinado, agripado, sin afeitarse, picado por una avispa en la ceja, sigue estando a millas del abismo.

Si eres feo y consigues afearte un poco más, lo último que necesitas es destacar. Y alguien con una sana dósis de fealdad, como yo, debería ser kármicamente compensado cuando algo como un músculo inflamado en la cara ocurre-- yo sugiero que se me reduzca unos 40 centímetros de estatura. No sólo por mí, los demás, los de estatura estándar, no deberían estar tampoco expuestos a este tipo de cosas cuando caminan por la calle. ¿Qué culpa tienen ellos de que mi barbilla les de justo a la altura de los ojos?

Foto de Rakka