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sábado, 21 de agosto de 2010

Nota o Sobre la serrana del ascensor

Estuve de vacaciones. En la playa, concretamente. Ahora que es época de vacaciones en la sierra del país, todos bajan a la costa a ver qué mismo es eso del mar. Son buena gente, para qué, pero un poco rápidos para mí; me refiero a las peladas, en realidad. El otro día me trepo en el ascensor con una señorita de cierta edad y apariencia y le digo "¿qué le marco?" Y la señorita, sin reparo, y mirándome fijamente a los ojos, me dice "al cuarto, no más". ¡Sin tener que invitarla a comer ni nada! ¡De una! Yo me bajé, para qué quiero relajo con mi señora.

Ahí en la playa estuve trabajando en encontrarle todas las sutilezas a una receta que estoy preparando. Un día de estos la publico, ya que las otras dos que he compartido han sido, aparentemente, éxito rotundo. Es que, según parece, mi público objetivo está conformado básicamente por mujeres de entre 16 y 26 años. Eso es lo que dicen los números, sí, y debería traducirse, digo yo, en que yo como persona tenga más acogida entre aquel grupo, pero ¡nada! La única mujer que me encuentra simpático en persona es mi tátara. La nona. La nonagenaria. Lo que sucede es que la gente de la edad y condición de mi nona encuentra absolutamente todo delirantemente hilarante. Tendrían que ver la cara que puso el otro día, cuando descubrió que el botón de la pared prendía un foco. Esta mujer encuentra una caja de breakers y explota de placer.

Pero volviendo a la receta… ¿será machista de mi parte publicarla? Ando sensibilizado con el tema desde que vi la campaña que se maneja ahora el gobierno. Aparentemente no pegarse un trago en un bar es una virtud y quien recurre en ella no sólo no es maricón, sino que además es feminista. ¿Posible contradicción? No para el gobierno. Por mi parte, confieso que yo cocino, lavo, doblo, hago a compra, llevo a los peques al cole e igualmente me considero machista. Pero, ¿qué vamos a hacer? Soy un hombre chapado a la antigua.

La receta es de suflé de chocolate, a todo esto. Así que 11. Si ud. creía que hacer un suflé era difícil es porque no ha habido quien le explique con cariño y amor cómo hacerlo. Como cuando le enseñé a mi hermanita a conducir con cariño y amor, a punta de puteadas. Porque los hombres de verdad expresamos nuestro afecto a través de la violencia.

Foto de katmere

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