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domingo, 30 de septiembre de 2007

Poema a Cristina Reyes que no Desmerece ni sus Logros Académicos ni Capacidad pero, sin Embargo se Centra en Otras Facetas de su Múltiple Talentosidad

Yo sé que tú lo dudas que te haya dado el voto; mejor te enseño la papeleta i te regalo el corazón. Por ese estado febril en el que estaba cuando me despertaste para decirme que porfis-porfis te dé el voto, no me queda bien en claro si es que me habías prometido un beso a cambio; ojalá haya sido así para que me puedas deber dos:

Voté por ti para que me engalanes los artículos constitucionales con tu riquísimo talle, i por qué no, cualquier conocimiento que te hayas sacado de tus estudios de derecho que bien te podrían venir a mano, si es que ya estamos aquí, igual, mejor de una vez darle con todos los juguetes.

El otro beso me lo deberias porque también voté por ti para nombrarte presidenta constitucional de mi corazóncito, corazón. Para que seas soberana oficial de este pobre i triste que desde Chongón va a estarte pensando cuando tú estés por allá, por Montecristi.

¿Pensarás tú en mí, aunque sea de vez en cuando? Espero que sí, mi reina. Espero que de noche, cuando te abrazes con la almohada pienses en mí, tu gordo que te dio el voto, tu gordo que te da su aliento, también, tu gordo el que se abrasa del calor de haber estado machucándose todo el día en el camello, pensándote-- fantaseándote, más claro. Pero no se lo digas a mi señora.

¡Cómo ibas a dudar de mi voto, reinita! ¡Como vas a insinuar que este pelucón vaya a votar por la 35, divina, qué es eso? Te di mi palabra-- palabra de honrado, palabra de Cristina, digámosle también, que aunque no tengo idea de qué habrás propuesto, pongo mano al fuego, no, más que eso: pongo a mi mujer, al trago, a Barcelona, i hasta al gato pongo en cualquier fuego, de que tú vas a cumplirnos; de que tú, Cristina, amor jurado de mi vida, ¡jamás nos faltarás de palabra!

I a esa palabra que me ha prometido un beso i me dará dos, sólo nos queda a nosotros, los mentirosos, avergonzados de no ser casi dignos de elegirte, mamita-- que te juro pensamos que tú deberías de hacer la Constitución sola, no andar en esas tonterías de campañas, que vales más que cualquier cuña, publicidad, propaganda, spot, anuncio, o grito de campanazo: ¡tú te vas a traernos el milagro!

1 comentario:

Anónimo dijo...

oh sí papasito, después hablamos de aquello...

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