Adjuntos

viernes, 27 de octubre de 2006

"El Libro de Guayaquil"

La bandera que Abdón Calderón llevó entre los dientes mientras se arrastraba buscando las dos piernas, los dos brazos i los tres metros de intestino grueso que se le habían perdido en la batalla del 24 de mayo era celeste i blanco, no amarillo-azul i roja como nos dicen nuestros textos de historia. Abdón Calderón luchó promulgando la libertad que la República de Guayaquil había conseguido.

¿El diez de Agosto? Solamente un juramento de lealtad a España. ¿I eso del "primer grito de independencia? Pues falso. Guayaquil fue la precursora de la independencia- así de fácil.

Todas estas aclaraciones históricas constan en "El Libro de Guayaquil", obra de cuatro tomos escrita por Efrén Avilés Pino i Melvin Hoyos que se lanzó ayer en el Salón de Honor del Palacio Municipal, evento al cual tuve la surte de asistir. "El Libro de Guayaquil" es un retrato de nuestra ciudad realizado gracias a que en años recientes historiadores i restauradores han encontrado nuevos archivos históricos que aclaran la enredada historia que nos enseñaron cuando peladitos. El libro es producto de más de cinco años de estudios, lecturas i revisiones que los dos autores, impulsados por el anhelo de revelar i compartir la historia de nuestro puerto, llevaron a cabo.

En su discurso, el cual cerró la presentación del libro, Jaime Nebot recalcó que más que nuestro deber ó derecho es nuestra obligación conocer sobre nuestro pasado. El alcalde dijo que necesitamos saber de donde venímos para saber en donde estamos- i aun más para saber a donde vamos. Nebot aprovechó también para invitar a todos los ciudadanos a que vayan a ver los dioramas de Guayaquil que están en exhibición en el Malecón.
Efrén Avilés Pino, quien para variar se mostró muy apasionado con el tema, cerró su corta presentación del libro diciendo eufóricamente "gracias mamá por haberme hecho nacer en Guayaquil". Avilés Pino habló tercero, después de Hoyos. Beatriz Gil cantó dos pasillos guayaquileños después de un muy aburrido discurso hecho por un tipo (de quien no me puedo acordar el nombre), que abrió la cita.

A pesar de haber prometido regalar el libro a los invitados, solo los que formaron parte de la mesa de cabecera salieron del Salón de Honor con ejemplares de la obra. Efrén me había prometido un ejemplar. Te odio Efrén Avilés Pino, te odio.

En el evento llamó a muchos la atención la presencia de Gustavo Noboa, pero a mi más me impactó Johanna Corredores, la reina de Guayaquil. Nada que hacer que la man es bien feita; si yo la viera en un bar no creo que me le acerque para soltarle una gracia.

Una razón más para no tener monarquía


Pues no, no es tan 'bakán'